La victoria de Apruebo Dignidad en la primaria marca un quiebre en la hegemonía de la derecha, evidenciando su fractura política y la emergencia de un nuevo sujeto tras el 18-O. Sin embargo, la izquierda enfrenta el desafío de articular estrategia entre cambio y seguridad. Mientras la derecha persiste en fórmulas fracasadas, la disputa real es por redefinir las bases materiales de la democracia.