El reemplazo del SENAME por el servicio “Mejor Niñez” plantea cuestionamientos sobre la falta de cambios estructurales y de medidas de justicia y reparación para las víctimas. Organizaciones y expertos critican esta sustitución como un blanqueamiento institucional que elude responsabilidades históricas y políticas frente a décadas de abusos sistemáticos contra la infancia bajo tutela estatal.