La noción de que el mercado equivale a la libertad y que el gobierno es su amenaza central ha dominado la política estadounidense durante décadas. Para desafiar esta hegemonía conservadora, la izquierda debe reivindicar la libertad como un valor colectivo, enfrentando la coacción ejercida por el empresariado y reposicionando al gobierno como un instrumento de emancipación individual y social.
La seguridad social en Estados Unidos, lejos de ser universal, ha enfrentado constante oposición republicana. Sin embargo, sus raíces históricas —de Thomas Paine a Otto von Bismarck— demuestran que estos sistemas fortalecen el libre mercado al proteger la propiedad privada y evitar el colapso social. Garantizar ingresos universales es clave para una democracia sólida y una economía estable.
La victoria de Joe Biden representa un alivio para muchos, pero también evidencia las profundas fracturas que persisten en la sociedad estadounidense. La sorprendente cercanía de Trump en las elecciones refleja una polarización extrema, desigualdad abismal, y el descontento de una clase trabajadora abandonada por el establishment político. Sin una reforma genuina, el futuro de Estados Unidos sigue siendo incierto, con el riesgo de repetir o incluso agravar los errores que dieron origen al fenómeno Trump.
La elección presidencial de 2016 en Estados Unidos reflejó un apagón espiritual: Trump, símbolo del neofascismo, y Clinton, del neoliberalismo, representan el colapso de una democracia atrapada por el poder del dinero. Frente a este panorama, el espíritu democrático de pensamiento crítico y justicia propuesto por John Dewey se torna urgente.