La victoria de Apruebo Dignidad en la primaria marca un quiebre en la hegemonía de la derecha, evidenciando su fractura política y la emergencia de un nuevo sujeto tras el 18-O. Sin embargo, la izquierda enfrenta el desafío de articular estrategia entre cambio y seguridad. Mientras la derecha persiste en fórmulas fracasadas, la disputa real es por redefinir las bases materiales de la democracia.
Las recientes disputas electorales y el ascenso de nuevas fuerzas de izquierda reavivan el debate sobre el acuerdo del 15N, que cerró un ciclo de movilización y abrió otro de competencia electoral. Sin una estrategia autónoma de comunicación, pedagogía política y fidelización electoral, las izquierdas emergentes e institucionales corren el riesgo de diluir su proyecto en alianzas oportunistas y perder su capacidad de transformación.
Las elecciones del 4M en Madrid no solo marcaron un cambio de ciclo político en la región, sino que reflejan el ascenso de una derecha neoconservadora con una estrategia consolidada y un imaginario viral de “libertad” frente a las restricciones pandémicas. Mientras tanto, las izquierdas enfrentan desafíos para articular una alternativa sólida y evitar la fragmentación. ¿Será Madrid el Rubicón de la derecha en España?
El derrumbe electoral de la derecha y la ex Concertación refleja la crisis de la tercera vía en Chile, un proyecto que consolidó el neoliberalismo bajo una élite política-empresarial. Desde 2006, la movilización social ha socavado su legitimidad, pero las crisis de régimen son procesos largos y ambiguos. Sin una ruptura real con el orden oligárquico de 1981, las izquierdas corren el riesgo de perder su horizonte transformador.
La elección presidencial de 2016 en Estados Unidos reflejó un apagón espiritual: Trump, símbolo del neofascismo, y Clinton, del neoliberalismo, representan el colapso de una democracia atrapada por el poder del dinero. Frente a este panorama, el espíritu democrático de pensamiento crítico y justicia propuesto por John Dewey se torna urgente.