El artículo analiza cómo el paradigma de Seguridad Ciudadana en Chile ha reforzado el modelo neoliberal, priorizando la protección de la propiedad privada sobre los derechos sociales. Este enfoque punitivo y reactivo, centrado en el miedo, perpetúa desigualdades estructurales y limita las libertades, planteando la necesidad de un modelo de desarrollo más inclusivo y democrático.